Jenofonte - DE LA EQUITACIÓN
"Cuando el caballo recela de algo y no quiere acercarse, hay que enseñarle que no es peligroso, especialmente para un caballo de brío; y en caso contrario, tocar uno mismo lo que parece peligroso e ir acercando al caballo suavemente. En cambio, aquellos que los obligan a golpes les infunden mayor terror aún, pues creen los caballos, cuando en tal situación sufren algún castigo, que su causa es aquello que temían" Jenofonte (431 a. C. - 354 a. C.)
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Uno de los más ilustres atenienses de la Grecia Clásica fue JENOFONTE (h. 430-h. 354 a.C.), quien habiendo nacido en una familia acomodada y con extensas propiedades, pudo recibir la más esmerada educación, siendo discípulo nada menos que de Sócrates.
Jenofonte, además de convertirse él mismo en filósofo, político, biógrafo, economista, historiador, militar experimentado y siendo un experto en distintas ciencias y artes, también fue un gran amante y conocedor de los caballos.
Entre muchas otras cosas, Jenofonte también escribió sobre una de sus más grandes pasiones: el arte de la caballería, y en las obras que llevó a cabo sobre este tema, expresa todo el conocimiento sobre el caballo que había en su época. El mismo Jenofonte era un experto en absolutamente todo lo referente a los caballos, desde sus colores, conformaciones y orígenes, hasta su reproducción, padecimientos, comportamiento y adiestramiento.
En sus libros Peri Hippikes (“Sobre la equitación”) e Hipparchikos (“Sobre el jefe de caballería”), hace descripciones detalladas de brillantes tácticas de guerra en las que puede utilizarse al caballo, así como del minucioso entrenamiento al que debe someterse a un corcel de combate.
Es muy interesante el hecho de que Jenofonte tomó mucho en cuenta el comportamiento natural del caballo para procurarle el mayor bienestar posible y obtener así, los mejores resultados y los mayores beneficios del animal.
Si bien estas obras, son los tratados antiguos más conocidos y completos sobre la equitación, Jenofonte hace mención de Simón de Atenas (h. 510-h. 450 a.C.), al parecer otro amante de los caballos, que con anterioridad ya había escrito algunas cosas sobre manejo equino.
Podemos ver que este libro escrito antes de la era cristiana, contiene conceptos muy avanzados con respecto a ciertas prácticas “atrasadas” aplicadas en pleno siglo XXI; y también encontraremos en él, puntos con los que no coincidamos, que serán los menos. Pero ciertamente constituye una joya que todo estudioso del arte ecuestre debería leer.
